domingo, 9 de octubre de 2011

RUSIA

De mi viaje a San Petersburgo y Moscú quisiera compartir  mis impresiones sobre estas dos ciudades, desde luego limitadas porque en unos pocos días no se puede abarcar unas poblaciones tan grandes, con tantos edificios, arte, naturaleza y habitantes...

Generalizar sería un grave error pero al menos puedo hablar de lo que he visto, y oído de los guías locales que nos han acompañado, facilitándonos toda clase de explicaciones y contestando nuestras preguntas en un buen español.

El plan sería hacer una reseña de San Petersburgo y  Moscú como primer capítulo y luego otros dos dedicados al tema social y al religioso. Nada de todo ello está sacado de libros ni de Internet, son unas notas que fui tomando en un cuaderno, por tanto pueden estar sujetas a errores, imprecisiones, omisiones y fallos, siendo el relato de lo comentado por los guías rusos, sujeto a su visión más o menos objetiva de la historia, hechos y costumbres de Rusia.

Es importante reseñar algunos de los monumentos visitados que no comprenden la totalidad de los existentes  porque mi pretensión no es hacer una guía turística.

SAN PETERSBURGO, capital de la nación en tiempos del imperio zarista que pasó a llamarse con la Revolución y la URSS, Leningrado, habiendo vuelto con la democracia, tras referéndum, a su nombre primitivo; cosa curiosa está enclavada en la provincia de Leningrado, denominación que no ha cambiado por decisión de los ciudadanos que  quieren  recordar a Lenin, importantísimo personaje en la historia soviética.

Es puerto fluvial y marítimo, a eso alude su bandera de color rojo con dos anclas cruzadas; llamada la “Venecia del Norte” por sus más de 100 canales y puentes, está asentada en numerosas islas, el Neva es el río principal que la atraviesa... 

En la antigüedad, dado que no tiene canteras para la construcción, nos dijeron que, a la entrada de la ciudad, se exigía  el siguiente impuesto:
-1 piedra por cada viajante.
-7 piedras por cada carroza.
-15 piedras por cada barco.


Los edificios son de ladrillo, estableciendo la ley que deben pintarse cada cinco años, por este motivo la ciudad siempre está en permanente rehabilitación.


Sufrió un terrible asedio en la guerra contra la Alemania nazi que diezmó su población (hay un grandioso monumento que lo recuerda) de manera que, aún hoy, se nota un importa
nte desequilibrio entre sus habitantes con predominio de las mujeres sobre  los hombres en una proporción elevada. Esto puede observarse fácilmente dando un paseo por sus principales avenidas.
En Rusia murieron alrededor de 27 MM de personas por el ansia expansionista de Hitler, produciendo la desaparición de  pueblos rurales y despoblando ciudades.


En la visita obligada al afamado museo del Hermitage, te das cuenta como vivían los zares, el lujo de sus palacios que siguen los cánones de Versalles. Su afrancesamiento fue tal que, en ocasiones, la nobleza aprendía antes francés que ruso. Es sabido los tesoros que guardan esas residencias palaciegas en pinturas, lámparas, joyas etc.


La catedral de la Resurrección, más conocida como La Iglesia del Salvador sobre la sangre derramada  porque en ese lugar fue asesinado el zar Alejandro II; en su honor fue construido este impresionante templo, joya del estilo ruso, con sus cinco cúpulas en forma de cebolla y su interior totalmente cubierto de mosaicos, donde predomina el color oro porque el fonema griego para designar este metal se parece a la palabra Cristo (los que conozcan ese idioma podrán asentir o no de esta explicación) y también porque el dorado da claridad al interior de la iglesia que no tiene muchas ventanas. Mi opinión es que, aparte de estas dos versiones, el oro también muestra el lujo, el poder y la grandeza que tenían los zares, en esta ocasión,  aplicados al tema religioso.
Te quedas extasiado contemplando esa belleza, es algo espectacular. Un recuerdo imborrable. Podría seguir asignando atributos y llenaría algunos folios.
Por último, como curiosidad, dada la afición del mundo oriental por la simbología, nos facilitaron los siguientes datos: la cúpula principal tiene 81 metros de alto porque el zar murió en 1.881 y las laterales 62 metros porque falleció a los 62 años de edad.
Entrada a la Plaza Roja

Mausoleo de Lenin


Museo Histórico (fondo derecha)

Almacenes GUM


Catedral de S.Baslio
MOSCÚ, actual capital de Rusia, gran urbe de 14 MM de habitantes, 7 MM de vehículos, enormes avenidas-algunas de 16 carriles-, grandes atascos, pocos semáforos; los automovilistas raramente hacen sonar el claxon a pesar de las maniobras que he contemplado. En España pondrían mal de los nervios a más de un conductor. Abundan y fácilmente pueden verse en la ciudad turismos de alta gama de las más prestigiosas marcas internacionales. Otro medio de transporte es el tranvía, discurriendo por sus avenidas, en ocasiones, es tal el atasco que los autos invaden sus carriles quedando bloqueado, sin poder moverse.


El Metro, inaugurado en 1935, el más tardío de Europa, lo utilizan 9 MM de personas diariamente, tiene 200 estaciones, algunas llegan a una profundidad de 90 metros, construidas en tiempo de “la guerra fría” para dar refugio a la población en caso de guerra nuclear. Durante la II Guerra Mundial más de 100 niños nacieron en él.
 Es conocido por su lujosa ornamentación y obedece a la filosofía de Stalin de construir sitios públicos con el lujo de un palacio zarista para disfrute del pueblo.


 En tiempos de Stalin se proyectaron 8 rascacielos para conmemorar los 8 siglos de la fundación de Moscú. Se construyeron 7 y el proyecto del 8º fue regalado a Polonia, edificado en Varsovia. Son muy conocidos por su arquitectura en el llamado estilo estaliniano, coronados por una estrella, símbolo ancestral eslavo del sol.
Hay además 400 iglesias ortodoxas, 5 mezquitas, 3 sinagogas, 1 catedral y 1 iglesia católica que se encuentra detrás del edificio de la antigua KGB.
El Kremlin, palabra que significa ciudadela, se encuentra frente al rio Moscova que da nombre a la ciudad, en su interior se encuentra la plaza de las catedrales: de la Asunción donde coronaban a los zares, de la Anunciación con 9 cúpulas, templo privado donde celebraban sus bodas y bautizos, la del Arcángel Miguel, panteón de los príncipes y zares rusos. El Palacio Imperial, el Palacio del Patriarca, aquí se concentraba el poder político (zares) y el poder religioso (patriarcas).


Después de la revolución de 1917, en ese recinto se instaló el gobierno soviético, cerrado por ese motivo durante varios años a los visitantes. El conjunto obtuvo la declaración de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, titulo que le fue retirado cuando Kruchev en 1961 construyó de mármol  El Palacio de Congreso con un estilo moderno que desentonaba con su entorno. En 1.990 le devolvieron la mencionada distinción y 1995  se abrió de nuevo al público.



Bosquejo de la Plaza Roja hecho allí sobre la marcha. 
  La Plaza Roja, en eslavo significa Plaza Bonita, contigua al Kremlin, las murallas de estos dos monumentos son de ladrillos rojos. Hice un esquema de esta plaza para acordarme de la distribución de los edificios que acompaño a este comentario. A destacar, la Iglesia de S. Basilio, mandada a construir por Iván el Terrible que ha servido de modelo y representación del arte ruso en la construcción de sus catedrales; sus cúpulas en forma de cebollas, distinguen el estilo de las iglesias rusas; su interior está totalmente decorado con pinturas representativas del Pantocrátor, La Virgen, los Apóstoles y Santos.


Destaca el Mausoleo de Lenin, un sobrio monumento cúbico de mármol rojo y negro. Tuve que hacer una larga cola para ver en la penumbra de la sala a este importante personaje de la Historia, vestido de negro, de pequeña estatura, iluminado su rostro, parece de cera, custodiado por soldados que sólo te permiten pasar de prisa por la estancia.


Frente al mausoleo se encuentran la galería de los Almacenes GUM, edificio del año 1.890, de 3 pisos, con una fachada de aprox. 250 metros que se extiende a lo largo de la plaza; antes de la Revolución operaban más de 1.000 tiendas en este gran recinto; en tiempos de Stalin se utilizó para albergar oficinas, posteriormente le fue devuelto su primitivo uso, acogiendo, en la actualidad, restaurantes y comercios con las más caras y lujosas marcas en joyería, perfumería, ropa, etc. del mundo Occidental etc. No quiero mencionar sus nombres pero son fácilmente imaginables.

Curiosidades de la vida, muy cerquita de Lenin, el súper-lujo capitalista, ambos vecinos, cercanos, frente a frente; al visitante le puede chocar este maridaje, signo de la actual Rusia, donde, a pesar de su historia reciente, el capitalismo se ha instalado en la sociedad, en el corazón mismo del símbolo comunista La Plaza Roja porque el capitalismo no entiende de ideologías, puede convivir con todas mientras haya dinero, consumo y beneficios.


Algeciras, 25 -09- 2011
Andrés Baquero Molina

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