LA PELÍCULA ÁGORA.
Amenabar e Hipatia.
El cine es un medio maravilloso para contar la Historia pero las ambiciones, las creencias y las circunstancias de cada uno no deben influir en la objetividad del hecho que se quiere contar. Al ver la nueva película “Agora,” el director Amenábar pretende narrar un suceso por el cual, “el mundo cambió para siempre y cambió para mal.” La película ha resultado ser una gran producción: Un buen director, un generoso productor, una preciosa actriz, un maravilloso decorado y una perfecta ambientación. A mi parecer es la mejor película española realizada hasta la fecha.
Quiere mantener la tesis de que Alejandría e Hipatia son el símbolo de una civilización helenística y romana basada en el estudio de la astronomía, la ciencia y la práctica de la libertad hasta que llegó el cristianismo y comenzó la oscura Edad Media.
Ya sean los dioses paganos, el dios judío o el Dios cristiano: la religión oscurece la razón, desprecia la ciencia y el progreso. Ante esto Hipatia declara: “Yo creo en la filosofía.” Bajo este envoltorio, con un juicio negativo del cristianismo en particular, no se puede borrar lo que el cristianismo ha aportado al progreso de la cultura, del arte, de la ciencia, del derecho, de la filosofía, etc., a través del tiempo.
Cuando, a partir del siglo V, se acaba el imperio romano y la sociedad clásica es invadida por los bárbaros del norte que destruyen edificios, pueblos enteros y ciudades hay que reconocer que el cristianismo recoge, restaura, copia y guarda en los monacatos y cenobios todo el saber, el arte y la cultura (incluidos los de Hipatia). Gracias a ello ha podido llegar hasta nuestros días.
Siempre habrá energúmenos, no solo en las filas de los creyentes, pero que solo son representativos de su propia equivocación. Es cierto que hay muchos episodios realizados por hombres en la historia de la iglesia por los que un cristiano no se siente orgulloso y así seguirá siendo, por desgracia, en el futuro porque la iglesia está formada por pecadores.
Amenábar manifiesta que es ateo y quizás por eso, se ve esa influencia dirigida contra toda religión pero, de forma principal, contra el cristianismo. Es respetable su pensamiento aunque no se comparta.
Ajustando la película al rigor histórico, con lo que no estoy de acuerdo es con las siguientes situaciones:
1.- Hipatia no fue asesinada siendo una mujer joven y hermosa, como quiere hacer ver con la actriz Rachel Weisz de 38 años, sino que murió en el año 415 cuando tenía 61. El crimen no fue considerado tan horrendo en aquella sociedad porque esa era la justicia que se consideraba en aquella época. Hipatia, también, pudo observar cómo los paganos asesinaron al obispo Jorge después de sacarle de la iglesia y darle muerte de la misma manera que a ella, pero este suceso no se cuenta en la película. Después de Hipatia también asesinaron de la misma forma al obispo Proterio a mano de los paganos en el año 457.
2.- Hipatia no fue directora de la Biblioteca de Alejandría ni famosa por sus dotes de astrónoma, por más que Amenábar se empeñe en la película atribuyéndole incluso haberse adelantado a Kepler más de mil años, sino que fue famosa por ser la única mujer profesora de matemáticas y de filosofía platónica en una sociedad dominada por los hombres.
3.- Tampoco hay datos para acusar a Cirilo de la muerte de Hipatia. Trata de hacer traidor y cómplice en el asesinato al obispo cristiano Sinesio de Cirene. Pero es al contrario, Sinesio es el autor del cual procede la única fuente coetánea que se conserva sobre ella y la llama en sus cartas: “Madre, hermana, maestra y benefactora mía.” Comete un error imperdonable porque este obispo falleció dos años antes que ella, así que es imposible que tuviera nada que ver con su muerte.
4.- Hipatia, es cierto que fue virgen hasta el final de su vida pero lo que no es cierto es que fuese virgen para vivir la castidad y “de esa manera ser igual que un hombre y poder ejercer una profesión con plena dedicación.” Tomó esta determinación porque ella creía en sus ideas y, como consecuencia, quería vivir la “Sofrosine,” que es un estado en coherencia con su filosofía platónica del dominio de uno mismo a través de las virtudes, entendiendo como tal, el control de los instintos y las pasiones.
5.- Parece mantener que la mujer fue libre total en la Grecia clásica y en Roma hasta que llegó el cristianismo y la sometió a la autoridad del hombre. En Grecia la mujer era considerada como “algo más” de la casa y en Roma no era una “sui iuris,” es decir, una persona titular de derechos sino que por el contrario era considerada “capiti diminutio.” Traducido significa que es como un incapacitado o un menor de edad y, por tanto, tenía que estar sometida a “manus patri,” lo que es igual: a la autoridad del padre o del marido. Sin embargo sucedió todo lo contrario, fue el cristianismo primitivo el que consideró al hombre y a la mujer iguales en naturaleza al ser ambos hijos de Dios y hermanos de Cristo. Precisamente un motivo de las controversias de los paganos con Cirilo, era la exaltación constante que hacía de la condición femenina.
Es cierto que la muerte de Hipatia sacudió a la ciudad, los informes llegaron pronto hasta la corte de Constantinopla y el Prefecto Orestes se vio obligado a abandonar Alejandría a donde no volvió.
Los alejandrinos siempre se señalaron por su indomable afición a las algaradas sangrientas con cualquier excusa que se ofreciese.
Ernesto Caldelas
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