Por Luiyi
La pregunta es si sería conveniente replantease la esencia misma de la democracia. No en su concepción: el poder emana del pueblo, que es lo justo y necesario y a lo que de ninguna forma debemos renunciar, sino en la forma de llevarlo a cabo. Me estoy refiriendo en concreto a Los Partidos Políticos.
Los Partidos y la lucha entre ellos es el vehículo elegido para que el pueblo gobierne un país.
Ya la misma palabra elegida -“partido”- implica problemas.
Partido es lo contrario de Entero. Lo Entero es lo perfecto, lo duradero.
Por ejemplo la Iglesia dijo que Dios es tres personas, Padre, Hijo y Espíritu santo, pero enseguida recogió velas y añadió: “Pero mucho cuidado, son tres persona pero un solo Dios, que quede claro”. Porque si fueran tres realmente distintos, seguro que terminarían peleándose. Y el que no se lo crea, que le eche un vistazo al Olimpo.
La humanidad, desde sus comienzos comunicativos, siempre ha aceptado la cultura dicotómica del bien y el mal como piedra angular de su forma de ver el mundo.
El bueno y el malo, ángeles y demonios, derecha e izquierda, todo o nada. En la cultura occidental el Yin y el Yang se conciben de forma extrema, sin el puntito en cada lado, sin la ambigüedad, los grises –incluso se presume en occidente de no ser gris, craso error- o la duda.
En nuestra cultura –qué bien representado en Un mundo feliz- necesitamos un demonio para poder ser un ángel, incluso nos atrevemos a decir que el globo terráqueo demográfico tiene norte y sur.
Cuando por fin nos organizamos en sociedades numerosas, nos inventamos la democracia como sistema de convivencia fundamentada en el poder que emana del pueblo. Del pueblo nacen grupos de personas de ideologías dispares con el fin de darle a la sociedad una determinada forma de convivencia y de autogobernarse. (El fin último del gobierno es mantener la equidad, la justicia y el orden).
Pero como cuando se inventó la democracia tal como la usamos hoy en día, se venía huyendo de las dictaduras, donde una sola persona, dictatorial ella, proponía y disponía a su antojo o a su placer, pues, sin pensarlo mucho o sin pensarlo nada, se decidió dar cabida a todas las tendencias aceptando para ello a los grupos ideológicos, que después vinieron a llamarse Partidos Políticos.
Lo que pasa es que a los facinerosos y gente ambiciosa y sin escrúpulos, se les estaba poniendo en bandeja un terreno maravilloso para confundirse entre la gente que iban de legal y conseguir llevar a feliz término sus planes de codicia.
Podríamos decir que estos grupos de personas que buscan su propio interés han llegado a ser tan numerosos que han conseguido que el propio-provecho sea tan aceptado y tan normal en el patio que si alguna persona se atreve a ir por esos pasillo de legal, justo y lógico, sea expulsada del convento como la segunda reina de una colmena, por las buenas o por las malas.
En resultas, la fórmula elegida, esencialmente buena y equitativa, se ha convertido en el principal problema de la convivencia democrática. Porque gracias a los partidos, el pueblo se divide y, como dice el refrán, divide y vencerás. Terminamos aceptando como normal que el enemigo de un gobierno no son los desfalcadores, el paro, los terroristas o especuladores sino el partido de la oposición. Vea, si no, las palabras de Zapatero publicadas en el Pais el 22 del 09 del presente año: nuestro adversario es el PP, no os equivoquéis.
Se divide fundamentalmente en dos grupos mayoritarios, enfrentados hasta en el bar cuando se toma una caña, en familia cuando aparece un yerno o, incluso un hijo o hija, enfrentados en cualquier conversación que comienza amigablemente hasta que aparece la política.
La satánica política.
Ya el pueblo eso lo sabía muy bien y en sus reivindicaciones ante los fachas gritaba: “Pueblo unido jamás será vencido”. Pero los fachas respondieron (frotándose las manos) vale, vale, ustedes ganáis; os permitimos que os pongáis de acuerdo y forméis Partidos Políticos (en adelante: partidos). Y perdimos la guerra en la primera batalla.
Los partidos dividen al pueblo, en principio en tantos grupos como personas que se autoproclaman dirigentes se presenten con ansias de poder. Enfrentan a unos contra otros, a amigos contra amigos, a padres contra hijos, aunque no sean políticos ellos.
Dividir es enfrentar. Por supuesto en una sociedad, según la educación de cada uno, hay muchas tendencias políticas o de convivencias, pero se da la paradoja de que muchos de los que al final dirigen el país desde un partido no tiene ninguna tendencia más que la de enriquecerse. Les importa un pito las ideologías políticas. Si para conseguir su objetivo tiene que cambiarse de partido, no hay problema, se cambia.
Un buen estratega social, un sabio y honrado dirigente debe tratar de suavizar estas diferencias entre las personas, y enfocar la atención en lo que une a todos. Pero los partidos no hacen eso, sino todo lo contrario, aumentan esas diferencias constantemente, en el senado, el las cortes, en la prensa, en su casa, en el retrete, porque ese enfrentamiento les sirve para su supervivencia como partido y como justificación de su existencia. Es decir que los partidos se alimentan del enfrentamiento de los ciudadanos. Son vampiros que se alimentan de la paz.
Después normalmente estos grupos se reducen a seis o siete, algunos de ellos territoriales.
¿Cuál es el resultado?
El resultado es lo que tenemos.
Qué tiempo dedica un gobierno a luchar contra el partido de la oposición y que tiempo dedica a gobernar. Cualquier gobierno, el de ahora el de antes y el que venga. Muchas decisiones de gobierno están tomadas con improvisión debido al poco tiempo y poca serenidad de que dispone para la meditación y planificación
Los partidos dedican el 99 % de su tiempo y sus recursos cognitivos –su atención- a desprestigiar al que gobierna; y el que gobierna dedica un 98 % (porque algo hay que hacer por el país con vistas a las próximas elecciones) de su tiempo y su atención a desprestigiar al partido de la oposición[1].
Y así no se puede llevar un país. Ni un país, ni una asociación, ni una casa.
Los facinerosos que pululan en los partidos dedican sus márgenes de confianza en enriquecerse a costa del pueblo.
Villanamente.
Y, en el caso de que se trate de los no facinerosos, sino de los que van de legal, tienen que dedicar su tiempo a asimilar, perplejo ellos, el pitiparrillo que se cuece a su alrededor. Eso antes de salir por piernas de la olla, que últimamente se está poniendo de moda.
Si aceptamos que los partidos, tal como lo sufrimos actualmente, no son la solución para una buena convivencia democrática, podríamos aventurarnos a pensar qué pasaría si los sustituimos por Enteros.
Entero en vez de partido. Entero simplemente como concepto base de que la solución no está en partir sino en unir, en pegar, componer.
Al decir entero no queremos recurrir al “Yo soy Francia” como dijo el otro. No se trata, ni mucho menos, de anular la diversificación.
¿Cómo podríamos plasmar en la práctica el concepto de Entero como solución a la convivencia, respetando la diversidad, la cracia y la libertad del pueblo?
Un país con un Entero a su servicio para su propio autogobierno.
Ya, mucho tiempo ha, los griegos inventaron algo parecido a esto que nos ocupa como forma de gobernar a través de un entero. Lo llamaban Asamblea. Se reunía los asamblearios y decidían las leyes, normas y demás herramientas para el gobierno del pueblo. Algo así como desde los albores de la historia hacían los ancianos de las tribus tanto nómadas como sedentarias. Los que no estaban de acuerdo con alguna decisión tomada, o sea la oposición, también formaba parte de la asamblea y al final de la discusión se votaba.
Claro que esta asamblea griega dejaba mucho que desear. Los esclavos y pobretones estaban excluidos y no se les prestaba ninguna consideración.
En Irlanda del Norte utilizan ahora la Asamblea como medio de autogobierno. Cada zona del país elige a sus representantes pero éstos no pertenecen a partido alguno sino que se registra con “su ideología propia” (en Irlanda del Norte: unionista, nacionalista o de por libre, sin alineación) y estas personas sin adscripción alguna a partido político alguno, componen la Asamblea.
El caso es que si alguien no hace las cosas bien, no tenga un partido que le arrope en sus meteduras de pata.
Pero tengo mis dudas que la Asamblea en comunidades tan grandes, como por ejemplo, nuestro país, sea viable.
¿o no?
Vamos a imaginar un poco. Si en vez de partidos –malditos partidos- se presentaran a las elecciones personas cada una con una ideología, proyecto y propuesta de ética en el comportamiento. ¿qué pasaría?
No sé. Mucho me temo que sería igual que ahora pero sin partidos. El problema sería quién decide el ingreso de los candidatos en la lista. Me da la impresión que entonces entraría en juego las compras de voluntades, las amenazas y demás triquiñuelas. Incluso es posible que, con este sistema, nos acercáramos aún más a la dictadura. O sea que no vale.
Una de las cosas que intentamos es anular toda la parafernalia que los partidos implican: Unos gastos extraordinariamente elevados para mantener todo el tinglado de los partidos como grupos, con cargo predominantemente al dinero público. Que si un dinero por cada senador que saque cada partido, por cada diputado, por cada voto que haya conseguido, por la propaganda electoral, etc y además unas cantidades anuales que en los partidos mayoritarios montan varias decenas de millones de euros. Los afiliados a cada partido también me parecen que pagan una cuota, que no me explico cómo es posible que la gente todavía les pague a esos.
También se trata de no enfocarnos en lo que divide a los ciudadanos, sino en lo que une. Recordemos que un país se une cuando aparece un peligro grave exterior. Pues si elimináramos los partidos tal como se conciben ahora, el pueblo estaría más unido sin necesidad de recurrir a un peligro exterior.
Se trata de desmontar las cuevas de Ali Babá y los cuarenta falsos políticos ladrones que se esconden y se protegen en ellas y dejar al descubierto sus vergüenzas.
De lo que se trata es de intentar salvar el barco que tiene pinta de caer en la desesperanza.
Así que lo mejor que se puede hacer será lo que sigue:
- A los partidos políticos no se les dará desde este momento subvención alguna con dinero público. Si quieren seguir existiendo, no hay problemas pero que se financien ellos mismos.
- Cada persona que quiera dirigir el país o colaborar en alta esfera (Diputados, senadores y alcaldes) presentará ante una comisión (ahora el problema es elegir esa comisión, pero seguro que hay formas) un proyecto al que se compromete de forma personal. Tendrá que hacer declaración de bienes de sí mismo y de la familia hasta en tercer grado, respondiendo con ellos y/o con la cárcel si cometiese desfalco, abuso, cohecho o cualquier otro delito tipificado.
- Todos los cargos que no sean presidente, diputados, senadores, alcaldes o concejales dejarán de ser puestos políticos desde este momento. Sus puestos serán conseguidos por oposición como todo quisque.
- Los concejales no tienen que presentar un proyecto, sin embargo, tendrán que superar dos exámenes: uno de ética y otro de sentido común.
- A todo el que se presente y si es aceptado su proyecto, se le dará una subvención para que pueda hacer su publicidad en campaña da igual que gane o no. Esto es para que se puedan presentar los que tengan valía e ideas pero no tengan dinero.
- El sueldo de los políticos será aprobado por los votantes. A la hora de votar aparecerán en el reverso de la papeleta una serie de cantidades que vayan desde mil quinientos euros (caso de los alcaldes de pueblos pequeños y pobres) hasta 6 mil euros/mes y el votante tachará en cada caso la cantidad que crea justa.
- El mayor premio de cada representante será el reconocimiento de la ciudadanía si lo hace bien.
A todo el que haya tenido la osadía y la paciencia de leer hasta aquí, le pido disculpas por tragarse una exposición burda y desinformada.
Pero llamo burda y desinformada a la exposición, lo al fondo de la cuestión. El fondo de la cuestión es tan cruelmente real y actual que hay que tomárselo en serio: los partidos, tal como está organizada la cosa actualmente, tienen que desaparecer.
Antiguamente sólo algunos ricos, algunos gobernantes y algunos muy afines podían robar al país, hacer desfalcos y todas esas lindezas. Pero eran abiertamente enemigos del pueblo y eran pocos. Pero hoy en día, roba, extorsiona, desfalca, etc hasta el lucero del alba.
Hoy en día, tal como están concebidos los partidos, no existe la ética entre ellos ni existe ética personal y los ciudadanos aprenden a no ser éticos, dicen mentiras y los ciudadanos aprenden a ser mentirosos, tienen la desfachatez de llamar blanco a lo que ayer llamaban negro y se quedan tan campantes. Son laxos en la apropiación o autoasignación de dineros y potestades que sin ser no-legales, tanpoco son de curso legal. Éticamente ilegales.
Me asombró la clarividencia de Domenico Riganò, jubilado de 82 años, cuando dijo (Pais:20/09/2009): "Mis paisanos sólo prefieren la democracia a la dictadura porque en la democracia pueden elegir entre dos amos".
Hasta ahora, el pueblo, en su mayoría, ha seguido creyendo que vosotros sois los que vais a conseguir sacar al país (a los países) adelante consiguiendo el bienestar y convirtiendo en contribuyente a los que hasta ahora no han podido serlo. Pero ya se empieza a detectar estados anímicos de desconfianza crónica. Enredados en vuestras paleas entre e intra partidos, no veis cómo el pueblo os detesta cada vez. Cuando se llegue a la indiferencia total, estáis perdidos, y eso lo sabéis. Es hora de que se avecinen grandes cambios.
No creáis que por mucho robar vais a conseguir amasar tanto dinero como para obtener una plaza en el arca de Noel. Más os vale que leáis una parábola que hay en la biblia y que cuenta que un administrador que iba a ser despedido, en vez de robar mirando por su futuro, comenzó a ser justo y un poco más que justo para no ser vituperado por el resto de sus días.
Bibliografía: Estos son algunos de los datos que tengo para aportar, pero hay infinidad de ellos difíciles de detectar porque son como los virus esos, “gusanos” que se apropian de cantidades pequeñas pero continuas; dietas, gratificaciones, etc.
· Los procedimientos penales abiertos por la fiscalía contra cargos públicos afectan a los siguientes partidos:- PSOE: 264- PP: 200- Coalición Canaria: 43- CiU: 30- Partido Andalucista: 24- Izquierda Unida: 20- GIL: 17- Unió Mallorquina: 7- ERC: 5
· El mundo 06/11/2009
Imputado por cinco delitos el alcalde socialista de Punta Umbría
El juez le imputa los delitos de amenazas, alteración del precio, prevaricación, falsedad documental y fraude
· 07/11/2009 el mundo
Imputados el alcalde y 6 cargos del PSOE por delitos urbanísticos
Europasur 22/10/2009
Imputada la presidenta del Parlamento balear por corrupción urbanística
María Antonia Munar está citada a declarar en 'caso Can Domenge'.
· El Pais 07/102009
El presidente del Parlamento irlandés dimitirá por la polémica sobre sus gastos. O'Donoghue cargó a las arcas públicas 90.000 euros en viajes desde junio de 2007
· El Pais 06/10/09
Costa Rica condena al ex presidente Calderón a cinco años de cárcel por corrupción
· Ais 01/10/2009
Seis de cada 10 parlamentarios brasileños son objeto de procesos o denuncias judiciales. Unos 152, entre diputados y senadores, están o han sido procesados por el Supremo Tribunal Federal.
· Hay un edificio en las Islas Caimán que alberga a 12.000 empresas estadounidenses. "O es el mayor edificio del planeta, o se trata de la mayor estafa fiscal del mundo, y todos sabemos cuál de esas dos opciones es la verdadera"
· Pais 28/09/09
El G-20 y la OCDE van a la caza de la evasión fiscal, pero con medidas que son mucho más cosméticas que efectivas:
Basta compartir datos con 12 países para no figurar en ninguna lista negra
Bear Stearns o Bernard Madoff utilizaban atajos para evadir al fisco
La cumbre del G-20 en Pittsburgh apenas ha aportado avances
Muchos bancos occidentales tienen filiales en paraísos fiscales
Se pueden crear empresas sin dar la más mínima información fiscal
· El mundo 28/09/09
La tributación de los ricos, los de verdad, y no las rentas altas con las que se confunde el ministro de Fomento, José Blanco, siempre ha gozado de cierta laxitud fiscal. Y los partidos políticos han colaborado.
Los millonarios españoles han gozado de ventajas fiscales desde 1985, cuando Felipe González diseñó este vehículo de inversión para evitar la fuga de dinero. En los últimos cinco años, las 3.369 Sociedades de Inversión Mobiliaria de Capital Variable (Sicav), que gozan hasta ahora de una ventajosa tributación del 1%, pagaron 56,6 millones de euros por el Impuesto de Sociedades después de haber obtenido 8.068,6 millones de beneficios y de acumular un patrimonio medio por encima de los 26.000 millones.
Laleche.
[1] Los porcentajes son estimativos, tampoco hay que tomárselos al pie de la letra.
domingo, 22 de noviembre de 2009
Suscribirse a:
Entradas (Atom)